En el siglo pasado, la Virgen de Fátima vino a Sevilla dos veces. La primera vez fue en 1948, los días 10 y 11 de julio, de paso para Jerez de la Frontera para presidir un acto mariano. La segunda, de carácter extraordinario, en 1951, desde el 26 de marzo hasta el 12 de abril.
Cada 13 de mayo se celebra el Día de la Virgen de Fátima para recordar su primera aparición en Cova da Iría, en Portugal, en 13 de mayo 1917. Este día Lucía (Sor Lucia Dos Santo) de 10 años, y sus primos Francisco y Jacinta Martos los cuales morirían poco después. Los tres pequeños cuidaban los rebaños de sus familias y vivían en el pequeño pueblo de Portugal.Estos Tres pastorcitos vieron un relámpago en un día radiante. Mientras resguardaban a sus ovejas, observaron una nube sobre la que una mujer se encontraba parada y rodeada por un resplandor que parecía venir del sol.
En sus manos sostenía un rosario de cuentas brillantes como perlas y una cruz de plata. Lucía y Jacinta podían verla y oírla; Francisco sólo podía verla. Sor Lucía de Jesús Rosa dos Santos murió ciega y sorda a los 97 años en el convento de las carmelitas descalzas en Coímbra, el 13 de febrero de 2005 hubo quienes pensaron que esa fecha estaba marcada. Porque los días 13, sin importar el mes, habían marcado su vida desde el lejano 13 de mayo de 1917, cuando Lucía tenía 10 años y no soñaba con ser monja, y vio con sus primos por primera vez a la Virgen mientras estaban en el campo haciendo pastar a las ovejas.
Recordando un poco de la aparición de la Virgen de Fátima en Portugal, aunque soy un poco agnóstico con estas cosas, no puedo por mas que respetar los sentimientos y devociones de cada persona.
Volviendo ya a nuestra tierra, sobre todo a tierras del sur de la provincia de Sevilla.
Me centro en un acontecimiento en el pueblo de Badolatosa, según los relatos de sus gentes, sobre todo de los mayores, y como no de los hijos a los que la Virgen de Fátima le concedió el milagro a Rafael Guerrero Dorado, un niño de cinco años que nació el 27-04-1945. Rafael no podía caminar ni hablar, su madre Emilia Dorado Rodríguez, mujer muy devota de Ntra. Sra. de Fátima.
No sabemos a ciencia cierta, si Emilia presento su hijo a la Virgen de Fátima, cuando vino en peregrinación al pueblo de Badolatosa, o simplemente por su gran devoción hacia la Virgen de Fátima, la cual le concedió el milagro, por el que Rafael empezó a caminar y hablar. Desde este momento se le apodo con el nombre de la Virgen. (Fátima). Hoy en día la familia sigue apodandose Fátima.
En otro post daremos a conocer, si esto es posible que no hayamos oido hablar de los Milagros de Ntra. Sra.del Rosario de Fatima.
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